Durante años, Xbox fue sinónimo de innovación, exclusivas potentes y competencia directa con PlayStation y Nintendo.
Pero en los últimos meses, el panorama ha cambiado tanto que muchos se preguntan si el futuro de Xbox como consola está en riesgo.
Todo empezó con un detalle que encendió las alarmas: estanterías vacías en las principales tiendas de Estados Unidos, mientras los productos de Xbox desaparecían y los de sus rivales ocupaban su lugar.
La empresa aseguró estar “comprometida” con sus socios, pero la credibilidad de Microsoft está por los suelos.
Y no es para menos. En el último año, Xbox ha prometido exclusividades que luego rompió sin mucho pudor.
“Gears of War Reloaded”, “Forza Horizon” y hasta un remake de Halo llegarán a PlayStation 5, algo impensable hace no tanto.
Aunque Sarah Bond, presidenta de Xbox, ha afirmado que ya trabajan en una nueva consola “premium”, los fans siguen dudando.
¿Será una consola tradicional o un híbrido entre PC y portátil al estilo de la Asus ROG Ally?
Si se trata de lo segundo, podría perderse lo que hace especial a una consola: la experiencia directa, sencilla y optimizada.
El verdadero problema, sin embargo, es de identidad. Xbox ha diluido tanto su marca que ahora cualquier dispositivo conectado a internet puede ser “una Xbox”.
Y eso podría ser una pista de lo que viene: un retiro gradual del hardware para centrarse en los servicios y la nube, con xCloud como punta de lanza.
No sería la primera vez que ocurre. Sega abandonó las consolas hace dos décadas tras el fracaso de Dreamcast, y hoy sigue viva como desarrolladora.
Si Xbox tomara ese camino, el ecosistema podría sobrevivir… pero no sin consecuencias.
¿El fin de Xbox?
Una industria sin Xbox significaría menos competencia.
PlayStation y Nintendo se repartirían el mercado, y los precios ya elevados, podrían dispararse aún más.
Juegos de 90 o 100 euros dejarían de ser una exageración para convertirse en norma.
El futuro de Xbox no pinta sencillo.
Microsoft dice una cosa y hace otra, mientras el mundo del gaming observa con escepticismo.
¿Estamos ante una transición hacia un nuevo modelo o frente al inicio del adiós de una de las grandes marcas del videojuego?
Por ahora, solo hay una certeza: los jugadores merecen algo más que promesas cambiantes y exclusivas compartidas. Porque sin una Xbox fuerte, el juego literalmente podría volverse menos divertido para todos.
Con información de 3D Juegos.
