Desde Neuquén, Pilar Hidalgo López se dedica a algo que pocos notan pero todos sienten: el sonido para videojuegos.
En una charla amena, contó cómo los efectos, la música y los ambientes transforman un simple juego en una experiencia inmersiva y emocional.
“El sonido no solo acompaña la acción, la hace real. Le da alma al juego”, dice Pilar.
Y tiene razón: cada paso, explosión o eco está diseñado para que el jugador sienta que está dentro del mundo virtual.
Crear audio es crear mundos
Diseñar el sonido de un videojuego es casi como dirigir una película: se parte de una historia y se construye una atmósfera. Pero, a diferencia del cine, en los juegos nada está completamente previsto: el jugador puede hacer cosas inesperadas, y el audio debe reaccionar en tiempo real.
Pilar explica que el trabajo combina técnica y arte.
“El objetivo es que el jugador se sienta dentro del universo del juego. Que el sonido responda a lo que hace. Si se acerca a un río, tiene que escucharlo más fuerte. Si entra a una cueva, el eco debe cambiar”.
Para lograrlo, se usan herramientas como Reaper, FMOD o Wwise, que permiten mezclar y adaptar sonidos según la acción.
También se colocan “emisores” invisibles dentro del juego que activan ruidos o efectos cuando el personaje se aproxima.
Todo está pensado para que nada se repita ni se note artificial.
El sonido es un trabajo de precisión y colaboración
En grandes estudios hay equipos completos dedicados al audio, pero en los proyectos independientes —los más comunes en Argentina—, una sola persona suele encargarse de todo: música, efectos, ambientes y programación sonora.
“Lo ideal sería participar desde el principio del desarrollo, no al final. Así el sonido puede contar cosas que no se ven, anticipar emociones o dar pistas al jugador”, comenta Pilar.
La inteligencia artificial y los límites de lo humano
Sobre la irrupción de la IA, Pilar tiene una postura clara: “La inteligencia artificial puede ayudar, pero nunca reemplazará lo humano. En lo artístico y creativo, lo que sentimos es lo que hace la diferencia”.
Explica que en la industria hay debate: algunos temen que la IA sustituya empleos, mientras otros la ven como una herramienta para automatizar tareas repetitivas.
Sin embargo, en el diseño sonoro, donde cada detalle transmite emociones, el toque humano sigue siendo insustituible.
“Quizás la IA esté de moda, pero tarde o temprano se va a quedar corta. Hay cosas que solo las personas pueden crear y sentir”, concluye.
En una industria que mezcla tecnología y arte, el sonido para videojuegos demuestra que la emoción sigue siendo humana, incluso cuando todo lo demás se genera en código.
Con información de Río Negro.
