imagen tomada de es.futuroprossimo.it
No todos reaccionamos igual ante el mismo contenido. Lo que para algunas personas puede ser entretenido o emocionante, para otras resulta incómodo, molesto o incluso desagradable. Partiendo de esa idea, Sony ha registrado una patente que podría cambiar por completo la forma en la que consumimos videojuegos, series y películas.
La propuesta ha generado polémica, ya que abre la puerta a una censura personalizada y total del contenido audiovisual, adaptada a las sensibilidades de cada usuario.
Según la patente, la compañía estaría desarrollando una tecnología capaz de filtrar o censurar cualquier elemento de audio y video en función de las preferencias personales.
Esto afectaría directamente a videojuegos, películas y series, permitiendo que cada persona decida qué quiere ver, escuchar o evitar por completo.
Sony considera que los actuales sistemas de clasificación por edades son limitados, ya que no evolucionan al mismo ritmo que la sociedad y no toman en cuenta las sensibilidades individuales, ni las de padres o tutores.
Por ello, el objetivo sería ofrecer una herramienta mucho más flexible y específica.
Para lograrlo, el sistema utilizaría un modelo de inteligencia artificial capaz de analizar todos los elementos de un contenido: imágenes, sonidos y textos.
El usuario establecería una lista de parámetros con aquello que no desea encontrar durante la experiencia.
Las opciones podrían ir desde aspectos generales, como violencia explícita, lenguaje ofensivo o contenido sexual, hasta elementos muy concretos, como animales específicos o situaciones particulares.
Una vez definidos estos límites, la inteligencia artificial se encargaría de intervenir automáticamente.
El sistema tendría múltiples formas de actuar. Podría silenciar diálogos, sustituir palabras por otras más suaves, introducir pitidos, desenfocar imágenes, superponer elementos visuales o incluso saltar y eliminar por completo las escenas que coincidan con lo que el usuario decidió censurar.
De esta manera, cada persona tendría un control absoluto sobre lo que ve y escucha, adaptando el contenido a sus gustos, fobias o límites personales.
La gran controversia radica en que esta tecnología alteraría profundamente la obra original.
La experiencia final no sería la misma que concibieron los creadores, ya sea en un videojuego o en una película, lo que abre el debate sobre hasta qué punto se debe modificar una obra artística.
Por ahora, se trata únicamente de una patente.
Como ocurre con muchas ideas registradas por las grandes compañías, no hay garantía de que esta tecnología llegue a implementarse.
Sin embargo, el documento deja claro que Sony está explorando nuevas formas de personalizar el consumo de contenido, aunque eso implique cruzar la delicada línea de la censura total.
Con información de Vida Extra.
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