Los videojuegos suelen ser espacios para contar historias, lanzar preguntas incómodas y mostrar mundos exagerados que, de alguna forma, reflejan el nuestro. En el caso de The Outer Worlds 2, su director Brandon Adler tiene claro algo: no quiere sermonear a nadie.
Aunque muchos jugadores ven en la saga una crítica directa al capitalismo, Adler asegura que el mensaje va mucho más allá.
En una charla para el podcast My Perfect Console, el director explicó que el objetivo del juego no es educar ni cambiar la mentalidad del jugador con discursos políticos.
Lo que sí busca es retratar, con sátira y humor absurdo, cómo las élites pueden llegar a abusar del poder cuando nadie las controla.
Y lo más interesante: Microsoft nunca intervino en el mensaje del juego.
“Jamás nos dijeron que no podíamos decir algo”, comentó Adler, señalando que la compañía siempre se mantuvo tranquila incluso ante diálogos que podrían interpretarse como críticas a las grandes corporaciones.
Más que política: una mirada al poder
Adler recordó que Obsidian (el estudio detrás del juego), nunca quiso centrarse en un sistema específico como el capitalismo contemporáneo.
Su intención es más amplia: examinar cómo funcionan las estructuras de poder y qué pasa cuando una corporación lleva sus límites al extremo, afectando tanto a trabajadores como consumidores.
El resultado es un universo donde lo delirante parece normal para sus habitantes, mientras que desde afuera se ve como una exageración divertida… y preocupante.
The Outer Worlds 2: Una secuela con más facciones y tensiones
The Outer Worlds 2 no se queda en la crítica a megacorporaciones.
La secuela amplía su abanico con grupos como el autoritario Protectorado o la Orden del Ascendente, un culto científico que roza el fanatismo.
Nada de esto busca reflejar eventos actuales, aclara Adler.
Son problemas que han existido históricamente y que se repiten una y otra vez.
Por ello, algunos jugadores interpretan la saga como una crítica al capitalismo, mientras que otros la leen como una postura contraria al comunismo.
Y Adler sonríe ante esas diferencias: “No me gusta que los videojuegos sean moralistas”.
En su visión, el juego muestra escenarios complejos y deja que sea el jugador quien decida qué pensar.
Con este enfoque, The Outer Worlds 2 promete una aventura que cuestiona al poder sin decirte cómo deberías sentirte.
Una satira espacial con suficiente profundidad para provocar debate… pero también para divertirte mientras exploras sus mundos absurdos y brillantes.
